El puntillismo es un estilo de pintura que consiste en hacer un dibujo mediante puntos. Aparece por primera vez en 1886, encabezado por el pintor neoimpresionista Georges Seurat, y contando entre sus seguidores más fieles tales como Henri-Edmond Cross y Vlaho Bukovac.
El procedimiento de pintura empleado por estos artistas, consiste en
poner puntos de colores puros en vez de pinceladas sobre la tela. Este
fue el resultado de los estudios cromáticos llevados a cabo por Georges Seurat
(1859-1891), pintor francés, quien en 1884 llegó a la división de tonos
por la posición de toques de color que, mirados a cierta distancia,
crean en la retina las combinaciones deseadas. Otro de los más
importantes seguidores del puntillismo fue Paul Signac, participante junto con Seurat y otros neoimpresionistas en la Société des Artistes Indépendants (1884), todos ellos seguidores del puntillismo o divisionismo.
CARACTERISTICAS:
Este movimiento, dentro de las coordenadas del postimpresionismo, parte también de la imagen de la naturaleza,
es decir, del mismo motivo que los impresionistas, pero para ellos
serán unas leyes físicas y fisiológicas muy determinadas las que
caractericen la esencia de la pintura. Su material de reflexión serán,
sobre todo, los escritos de Charles Blanc y, de un modo más radical los impresionistas, los tratados científicos de Cheverul, Sutter, Rood y otros.
Gracias a ellos, el puntillismo vio abierto ante sí un campo en el
que su tarea habría de ser la aplicación metódica de sus conocimientos y
la reconciliación de los rígidos principios del dibujo
con los principios ópticos intuidos por los grandes coloristas. La
mente lógica y reflexiva de estos pintores pedía la reducción del
instinto al orden, del impulso al cálculo, reduciendo a lo esencial, no
sólo los temas de la vida moderna o el paisaje, sino también el método
impresionista de presentarlos.
De hecho, la declaración de Charles Blanc («El color, que está
controlado por leyes fijas, se puede enseñar como la música»), publicada
por primera vez en 1865 en su conocida Gramatica Ades arts du dessin,
resume perfectamente la actitud de los puntillistas ante las
posibilidades expresivas del arte e indica su programa. Según esto, al
igual que existen relaciones matemáticas entre los tonos musicales, hay
relaciones físicas entre los colores, que pueden demostrarse en el
laboratorio y llevarse a efecto en el estudio. Con el fin de estudiar
con más detalle la interacción de los colores y sus complementarios,
algunos puntillistas confeccionaron un disco en el que reunían todos los
matices del arcoiris, unidos unos a otros mediante un número determinado de colores intermedios.
En su paleta
también utilizaban el blanco mezclado con los colores primarios, lo que
les permitía obtener una multitud de tonos que iban de un color con una
ligera presencia de blanco hasta un blanco casi puro. El disco se
completaba de manera que los matices puros se concentraban en torno al
centro, desde donde iban desvaneciéndose hacia el blanco hasta llegar a
la periferia.
Los experimentos físicos habían probado también que la mezcla de
colores los ensucia y desemboca finalmente en el negro. Por ello, la
única mezcla capaz de producir el efecto deseado es la mezcla óptica,
que se convierte así en el factor predominante de su ejecución. Tras
haber reunido por separado en sus telas los elementos individuales de
color presentes en la naturaleza, el pintor asignaba a la retina del espectador la tarea de unirlos de nuevo. La técnica de pinceladas
de los impresionistas no permitía la exactitud matemática que
necesitaban los puntillistas para aplicar su sistema con pleno
rendimiento.
Mediante la adopción de minúsculas pinceladas en forma de punto
lograron acumular, incluso sobre superficies reducidas, una gran
variedad de colores
y tonos, cada uno de los cuales se correspondía con uno de los
elementos que contribuía a la apariencia del objeto. A una distancia
determinada esas partículas diminutas se mezclan ópticamente y el
resultado tenía que producir una intensidad de colores mucho mayor que
cualquier mezcla de pigmentos.
En este sentido, sus estudios de luz y color sobrepasan los
realizados por cualquiera de los impresionistas, pero también se
encontraron con mayores dificultades. Con más conocimientos y un ojo más
disciplinado, tenían que hallar todos los matices del espectro
luminoso, así como un modo de iluminar u oscurecer un matiz dado en
relación con los contrastes simultáneos producidos por los colores que
le rodeaban. Una de las obras más notables en ese sentido es Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte de Surat.
A pesar de lo aparentemente acertado de la denominación de
puntillismo, sobre todo en lo que se refiere a la técnica de este grupo,
ni Seurat ni Signac la aceptaron nunca y ambos condenaron y evitaron
rigurosamente este término a favor del de divisionismo, que abarcaba
mejor todas sus innovaciones.
PRINCIPALES REPRESENTANTES:
PAUL CEZANNE
 |
| Cesto de manzanas 1895 |
VINCENT VAN GOGH
 |
| La noche estrellada 1889 |
PAUL KLEE
 |
| Ad Parnassum |
GEORGES SEURAT
 |
| Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte 18884-1886 |
GUSTAV KLIMT
 |
| Retrato de Adele Bloch-Bauer I 1907 |
TOULOUSE LAUTREC
 |
| Moulin Rouge La Goulue 1891 |
PAÚL GAUGUÌN
 |
| El Cristo amarillo 1889 |